Si me dicen que de aquel estuche de violín tan horroroso iba a salir esto, hubiese dicho que no. No sabía si la pintura iba a quedar bien sobre la base del estuche. El interior estaba forrado en una tela que costó lo que no está escrito, arrancarla. Y luego, venía el problema de "qué hacer por dentro?"
Tras muchas vueltas, la mejor opción era pintar, sin duda. Después de dos manos de pintura, hice un decopauge con servilletas.
Y aquí está el resultado.
Estuche de violín que se va para Hadapatch, a decorar su escaparate luciendo sus lanas dentro.
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